Esta cerveza es la más nueva de la gama, la cual solo era elaborada para la celebración de fin de año, una festividad como está, embotellada, como mínimo necesita ser probada una vez en la vida, con materias primas cuidadosamente seleccionadas. Por lo visto despertó un gran fervor entre el público cervecero, que los monjes decidieron incluirla a la plantilla de las fijas. ¡Por algo será!
En boca es sedosa, elegante y fuerte, perfectamente equilibrada, con un toque suave pero evidente de alcohol, con notas a chocolate, y un exquisito toque caramelizado dando paso a un final complejo y peligroso.
Elaborada por: La Abadía Notre – Dame de de saint Remy – Bélgica.
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